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No estoy mintiendo, sólo estoy bromeando

von Muhammad Alshareef

Después de la conquista de la ciudad de Meca, después de que el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, tomó a Meca y los pobladores se habían convertido a musulmanes, Cesar, o Qaisar, se dio cuenta del poder de los musulmanes y decidió que traería el fin a ellos. Así que preparó un ejército grande de Bizancio y algunas tribus árabes del norte para extinguir al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y a sus compañeros.

Cuando las noticias de este gran ejército que se estaba preparando para atacar llegaron al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y a algunos de los compañeros, el miedo entró a los corazones de los musulmanes. El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, decidió que tenían que pelear contra esta gente en Tabuq.

Normalmente, cuando él salía con un ejército para una batalla, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, le decía al ejército que fueran en una dirección y durante el viaje cambiaban de dirección y nadie sabía exactamente a donde iban. Pero por la severidad de esta batalla y porque era a una distancia tan larga y porque estaban saliendo durante el verano, y en el verano el calor es fatal, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, les dijo a donde dirigirse para que pudieran preparar las provisiones necesarias.

El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, les dijo que iban a Tabuq. Todos los compañeros, los que no tenían una excusa como enfermedad o hipocresía, todos aceptaron las advertencias del Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y se prepararon para la batalla.

Si Alá lo permite, queremos pasar un rato con una de esas personas que no pudieron participar en la batalla, y ese es Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él.

Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, de hecho narra su historia completa en Sajih Bukhari y Sajih Muslim. Kab ibn Malik dijo, “Por Alá, nunca había tenido tantas riquezas como en el día que la gente salio hacia Tabuq.” Y él dijo, “Por Alá, nunca había tenido tanto dinero, tanta fuerza, nunca había estado en mejor posición para salir a batallar que en ese día.”

Pero, y verán el mal de la negligencia, cuando el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y los compañeros se preparaban para la batalla, él decía, “Voy a prepararme.” Pero el día llegaba a su fin y no preparó nada. Y el próximo día llegaba y él decía, “Voy a prepararme.,” y el día pasaba y no había preparado nada. Hasta que la gente ya salia y él dijo que los alcanzaría y cuando se fueron, los días pasaron y él decía, “Yo los alcanzo, yo los alcanzo.” Hasta que finalmente la noticia llegó que el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, regresaba y la batalla ya se había acabado.

Kab ibn Malik salía y veía a los hipócritas, la gente que no querían unirse a los compañeros. Ellos les decían a los compañeros, “¿Por qué van a salir a esta batalla? Hace tanta calor.” Esas fueron las personas a quienes Alá reprendió diciendo, “Di que el calor del Infierno es más severo,” que el calor del verano. Kab ibn Malik dijo que él se sintió angustiado porque sólo veía a los hipócritas a su alrededor y se dio cuenta que estaba entre ellos.

Cuando el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, regresó, llegó durante el día y el primer lugar donde se detuvo fue en la mezquita. Y aprendemos en este incidente sobre la tradición del Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, que cuando una persona regresa de un viaje, debería comenzar con ir a la mezquita y rezar dos rakas.

El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, fue a la mezquita y rezó sus dos rakas y entonces comenzó a llegar la gente. Todos aquellos quienes no asistieron a la batalla llegaron con sus excusas y explicaciones, de hecho mintiendo sobre las razones que no fueron a combatir. Y ellos ya tenían fama de hipócritas.

Así que uno después que otro venía al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y daba su excusa diciendo, “Estuve haciendo esto,” o “Estuve haciendo aquello,” “No pude.” El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, le suplicaba a Alá que los perdonara y los dejaba ir.

Hasta que llego Kab ibn Malik. Kab ibn Malik dijo que él era muy elocuente en su manera de expresarse y cuando fue al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, ese día, le dijo que había preparado mentiras y excusas para evitar enojarlo. Pero dijo que tan pronto vio al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, canceló todas las mentiras que iba a decir y dijo, “Hoy nada me salvará excepto la verdad.”

Y fue al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y dijo, “Por Alá, a mi me ha bendecido Alá con una manera de expresarme elocuente y si me sentara en frente de cualquier persona pudiera mentirle para evitar enojarlo. Pero Mensajero de Alá, puede ser que te complazca hoy y que no te enojes conmigo hoy, pero quizás si te miento hoy, Alá puede hacer que te enojes conmigo mañana.” Y él dijo, “Pero si te digo la verdad hoy, entonces quizás mañana, esperando la misericordia de Alá, quizás mañana Alá estará complacido conmigo.”

Y dijo que cuando se acerco al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, el Profeta le sonrió y dijo, “La sonrisa de alguien enojado.” Y cuando Kab ibn Malik le había hablado, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, respondió, “Esta persona ha dicho la verdad.”

El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, sabía que todos los que habían venido a hablar con él le mintieron. Pero él dijo, “Esta persona ha dicho la verdad.” Y le dijo a Kab ibn Malik que se fuera hasta que Alá decidiera sobre su situación.

Cuando Kab ibn Malik se fue de la mezquita, algunas personas de la tribu Bani Salim le dijeron, “¿Por qué le dijiste eso? Podrías haber dicho esto o aquello. ¿No viste que el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, estaba pidiendo el perdón por todos y perdonándolos y dejándolos ir?” Él dijo, “Pónganse ustedes en mi lugar.” Sin embargo, como seguían insistiendo, Kab ibn Malik dijo, “Ojala pudiese ir otra vez al Profeta y mentirle. Ojala me hubiese contradicho e inventado una excusa.”

Entonces Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, les preguntó, “¿Hay otra persona que este en mi situación?” Ellos dijeron que sí. Hubo dos compañeros más que habían hecho lo mismo que Kab ibn Malik. Y cuando él supo que estas dos personas habían participado en la batalla de Badr, se mantuvo firme con la verdad que había confesado.

Después de esto, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, les prohibió a todas las personas que hablaran con Kab ibn Malik y sus dos compañeros, que no hicieran tratos con ellos, y que todos los boicotearan.

Los dos compañeros se quedaron en sus casas pero Kab ibn Malik iba a la mezquita. Él decía, “La tierra que conocía ya no era la misma.” Y los tiempos habían cambiado, la manera que la gente lo trataba había cambiado. Él dijo que iba a la mezquita y nadie lo saludaba. Y él trataba de acercarse al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, diciendo, “As salamu alaikum o Mensajero de Alá,” y lo miraba para ver si él movía sus labios para responderle, pero no veía nada. Y él dijo que entraba a la mezquita y sólo miraba al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, pero el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, no lo miraba a él. Pero cuando Kab ibn Malik miraba a otro lado, entonces el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, volteaba para mirarlo, pero cuando él miraba hacía atrás, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, se volteaba nuevamente.

Durante la batalla de Tabuq, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, de hecho había preguntado sobre Kab ibn Malik. Uno de los compañeros dijo que nada había distraído a Kab ibn Malik excepto que estaba feliz y contento con su ropa y sus riquezas. Muad, que Alá este complacido con él, le contestó a ese compañero diciendo, “Que cosa tan mala has dicho,” y le dijo al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, “O Mensajero de Alá, sólo sabemos cosas buenas sobre Kab.”

En el comentario sobre este hadith, Imam An-Nawawi, que Alá le tenga misericordia, dijo que aprendemos del ejemplo del compañero que cuando alguien habla mal a las espaldas de un hermano musulmán enfrente de ti, no es suficiente quedarse callado, sino que se debe decir a la persona que esto esta mal y que no es lo que un musulmán debe decir. Nosotros también deberíamos seguir el ejemplo de Muad, que Alá este complacido con él, cuando corrigió a su compañero.

Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, como dijimos, iba a la mezquita y trataba de averiguar si el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, le respondía. Y seguía entrando a un estado de desconsuelo y Alá, glorificado y alabado sea, describió la tristeza en la que se encontraba.

Él Altísimo dice, “Hasta que la tierra los arropó, y los exprimió.” Y fíjense que existen personas que pueden vivir en los castillos más grandes del mundo, pero a pesar de cuan grandiosa sea su propiedad, por darle la espalda a Alá, Alá, glorificado y alabado sea, agota su sustento.

Así que aquí, por ellos no ir a la batalla, Alá, glorificado y alabado sea, describe su situación- Aunque tenían todo el mundo a sus pies, todo se agotó ante sus propios ojos.

Alguien, sin embargo puede ver el mundo agotarse en frente de sus ojos, pueden ser pobres y pueden estar viviendo en una cabaña, pero tener aún un gran corazón. Tienen un corazón abierto porque creen en Alá y en su Mensajero. Y sus corazones se expanden hasta que están contentos con lo que tienen y están viviendo como si estuvieran en el Paraíso, satisfechos con lo que Alá les ha dado.

Alá, glorificado y alabado sea, dice, “Y sus almas,” y sus corazones, “se exprimieron desde adentro.” En estos dos sentidos, la tierra y todo lo que los rodeaba, y hasta sus corazones, se exprimieron.

Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, se encontraba en este estado de tristeza y fue al jardín de Abú Qutada, que Alá este complacido con él, quien era su primo y uno de los que Kab ibn Malik más quería. Se trepó en las rejas y dijo, “As salamu alaikum Abú Qutada,” y Abú Qutada no respondió. Él continuó diciendo, “As salamu alaikum, as salamu alaikum,” y Abú Qutada, que Alá este complacido con él no le respondía. Y entonces él dijo, “¡O, primo mío! ¿No sabes que yo adoro a Alá y a Su Mensajero? ¿No sabes ni has aprendido ni has visto de mi ejemplo que yo realmente quiero a Alá y a Su Mensajero?” Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, después de mantuvo callado y Abú Qutada, que Alá este complacido con él respondió, “Alá sabe mejor.”

Él dijo que Alá sabía mejor si realmente amaba a Alá y a Su Mensajero. Y cuando Kab ibn Malik escuchó esto, se bajó de las rejas y comenzó a llorar. En el cuadragésimo día, de hecho esto duró por cincuenta días, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, ordenó que se separaran de sus esposas.

Antes de que esto pasara, el Rey Gasan de los Romanos le había enviado una carta a Kab ibn Malik. Kab ibn Malik estaba en el mercado cuando un mensajero le entregó la carta del Rey Gasan. La carta decía, “Las noticias nos han llegado que tu compañero, el Mensajero de Alá, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, te ha dado la espalda. Ven con nosotros. Alá no ha hecho esta tierra para incomodarte. Ven con nosotros y te daremos consuelo. Te daremos honor.”

Cuando Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, leyó esta carta, dijo, “Por Alá, esta es otra prueba de Alá, glorificado y alabado sea.” Preparó una hoguera y echo la carta al fuego.

Entonces en el cuadragésimo día, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, había enviado el mensaje que las tres personas deberían separarse de sus esposas. Y Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él dijo inmediatamente, “¿Debo divorciarme de mi esposa o sólo separarme de ella?” Y le dijeron, “No, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo que te separes de ella.”

Uno de los otros compañeros era un anciano, así que su esposa fue al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y le pidió permiso al Mensajero de Alá, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, de permanecer con su esposo para servirle ya que este era muy pobre para tener una sirvienta. El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, accedió. Él dijo, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, “Pero no permitas que se acerque a ti.” Y ella dijo, “Por Alá, no ha dejado de llorar desde el día que esto comenzó. Por Alá, él no tiene ningún deseo para lo que tu te refieres.”

Y eso les enseña que estas personas estaban anhelando la misericordia de Alá, glorificado y alabado sea, y anhelando el perdón de Alá, glorificado y alabado sea, hasta que llegó el quincuagésimo día.

Y de hecho, los parientes de Kab ibn Malik le dijeron que fuera al Mensajero de Alá, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y pidiera que su esposa también lo sirviera como él había dado permiso para el otro compañero. Y Kab ibn Malik dijo, “Por Alá, yo soy mas joven que ese hombre y soy más capaz y tengo miedo de lo que diga el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, si yo le pregunto.” Él dijo, “Por Alá, yo no voy a pedir eso” – que su esposa permaneciera con él.

Así que en el quincuagésimo día, Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, estaba rezando fajr (el rezo del alba) en uno de los techos y cuando terminaba su rezo, un jinete apareció llamando. Dijo, “¡Buenas noticias para Kab ibn Malik! Pues, ciertamente, Alá, glorificado y alabado sea, te ha perdonado.” Y Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, inmediatamente se postró para Alá, glorificado y alabado sea, y por el arrepentimiento en frente de Alá, glorificado y alabado sea.

Muchas veces me acuerdo del Sheik Al-Utheimin, que Alá le tenga misericordia. Él decía que durante el Hajj cuando la gente comete errores, lo más fácil para una persona es que se le diga que sólo tienen que pedirle perdón a Alá, pero no hay un castigo material. La persona dice, “¡O! ¿Sólo pedir perdón? Está bien, no hay problema.” Pero pueden ver la manera que los compañeros le pedían perdón a Alá, glorificado y alabado sea, y como anhelaban y pasaban todo el tiempo esperando por la recompensa y la misericordia y el perdón de Alá, glorificado y alabado sea.

En el momento que Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, escuchó que Alá lo había perdonado, él se postró para Alá, glorificado y alabado sea. E inmediatamente después de terminar su postración, se quitó la ropa y se la dio en caridad al hombre que había venido.

Cuando entró a Medina, de pura felicidad, la gente vino y lo felicitaron por recibir el perdón de Alá, glorificado y alabado sea. Y efectivamente, es algo que merece felicitaciones. Nada del mundo material es igual al perdón de Alá, glorificado y alabado sea.

Y cuando entró a la mezquita, de los muhajirin (los compañeros que llegaron de Meca) sólo una persona, Talha, que Alá este complacido con él, se puso de pie y le dio la mano a Kab ibn Malik. Y él dijo, “Por Alá, yo nunca olvidare lo que hizo Talha, que Alá este complacido con él”- se puso de pie, lo abrazó y lo saludó cariñosamente.

Y entonces el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “Ten la buena nueva del mejor día de tu vida desde que tu madre te dio a luz.”

Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, se sonrió y dijo, “¡O, Mensajero de Alá! ¿Este perdón es de ti o de Alá, glorificado y alabado sea?” Y él dijo, “Es de Alá, glorificado y alabado sea.”

Entonces, Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, y recuerden que es pobre, dijo, “Y de mi arrepentimiento, daré todo mi dinero como caridad a Alá, glorificado y alabado sea. Todo lo que tengo, por mi felicidad al saber que Alá, glorificado y alabado sea, me ha perdonado. Le daré todo a Alá, todo por el bien de Alá, glorificado y alabado sea.”

El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “No, quédate con algo.” Y entonces Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, dijo, y de hecho este es el punto que queremos hacer, él dijo, “De mi arrepentimiento y por el hecho de que Alá, glorificado y alabado sea, me ha perdonado, desde este día en adelante nunca diré una mentira. Nunca diré una mentira desde este día en adelante.”

Al final de la narración, Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, explicó que Alá, glorificado y alabado sea, lo salvó por la verdad que había dicho al principio. Y Alá, glorificado y alabado sea, nunca ha puesto a prueba a alguien por decir la verdad más que a Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él.

En cuanto la gente que le mintió al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sea sobre él, Alá reveló versos sobre ellos. En Surah Al Munafiqin o el Capítulo de los hipócritas y en otras surahs, Alá, glorificado y alabado sea, dice que, “Ciertamente son impuros, sucios, aquellos quienes le han mentido al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, y su fin es el Infierno, como recompensa y compensación por lo que solían hacer.” Alá, glorificado y alabado sea, dice en estos versos que ellos siguen jurando y diciendo, “déjanos.” Alá, glorificado y alabado sea, dice, “Déjalos solos, porque son impuros e irán al Infierno,” y Alá, glorificado y alabado sea, los odia.

Kab ibn Malik dijo, “Eso fueron aquellos quienes le mintieron al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él.” En cuanto aquellos que dijeron la verdad, Kab ibn Malik y sus dos compañeros, Alá, glorificado y alabado sea, reveló que Él ha perdonado al Profeta, a los Ansar (los ayudantes de Medina) y a los Muhajirin. Y en el próximo verso, Alá, glorificado y alabado sea, dice, “Y Alá, glorificado y alabado sea, ha perdonado a aquellos tres que no llegaron a participar en la batalla [de Tabuq].”

Así que Alá, glorificado y alabado sea, reveló en el Corán que Él ha perdonado a Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, y Alá, glorificado y alabado sea, le ordena a Kab ibn Malik y a todos, “O creyentes, teman a Alá, y estén con aquellos que proclaman la verdad.”

Queridos hermanos y hermanas, esta historia de Kab ibn Malik- y es una historia del sirah (de la biografía del Profeta)- es una historia que deberíamos revisar frecuentemente porque en cada párrafo hay una lección para aprender. Desde la manera que Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, actuó hasta las cosas en que cayó. Nosotros como seguidores de estos compañeros y seguidores de las personas que siguieron al Mensajero de Alá, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, podemos aprender mucho sobre las cosas que tenemos que evitar.

Mentir es un pecado grave. Y de hecho, es uno de los más grandes pecados mayores que una persona puede cometer por todas las cosas que le siguen. Y en ciertos casos, eruditos han dicho que mentir cuando tiene que ver con el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, (como el hacer algo haram que es halal y vise versa) puede llegar al kufr (a la incredulidad). Imam An-Nawawi, que Alá le tenga misericordia, dice en Kitab al Dakar, que las evidencias del Corán y el Sunnah son claras y evidentes que el mentir es uno de los pecados más feos que una persona puede cometer. Y él dice que es suficiente disuasorio de mentir el hecho que el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “El signo del hipócrita es uno de tres cosas; si habla, miente…” Así que el hecho que mentir es una de las características del Munafiq (hipócrita), es suficiente como disuasorio para el creyente, para el Mu’min, el que cree en Alá y en Su Mensajero. Si alguien habla y piensa que va a decir una mentira, debe recordar que esto es un símbolo de hipocresía en la fe.

En otro hadith, Abdulá ibn Masud, que Alá este complacido con él, reporta que el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo que en el Sidq (la sinceridad) se encuentra el sendero hacia la piedad. Si tú quieres saber como ser un buen musulmán, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo que el decir la verdad te llevara a ser un buen musulmán, te hará una persona piadosa. Y esa piedad llega al Paraíso, y todos nosotros queremos llegar al Paraíso. El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, nos está enseñando el camino al Paraíso y es por medio de la sinceridad. Continuando el hadith, una persona sincera, hombre o mujer, seguirá diciendo la verdad y tratará de evitar mentir y proclamará la verdad a todo momento, hasta que este escrito con Alá, glorificado y alabado sea, como alguien que siempre dice la verdad. Y este es el final que todos queremos, que Alá, glorificado y alabado sea, diga, “Fulano es una persona que dice la verdad.”

Y sabemos que entre estas personas está Abú Bakr, que Alá este complacido con él, As Sidiq (El Sincero). Porque siempre decía la verdad, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo que el es el sincero; el que acepta la verdad, el que siempre sabe la verdad, el cual su existencia entera esta rodeada por la verdad.

El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “Y ciertamente, mentir lleva a una persona a desobediencia y transgresión a Alá, glorificado y alabado sea.” Transgresión y desobediencia lleva a la persona al Infierno, y una persona, hombre o mujer, que continúe mintiendo, tratando de mentir, tratando de evitar situaciones por medio de mentiras; su nombre será escrito como uno de los mentirosos por Alá, glorificado y alabado sea.

Así que en conclusión, quiero darles algunos puntos, para que todos nos beneficiemos, sobre cómo podemos ir hacia delante buscando la verdad y tratando de ser sinceros en todos los aspectos de nuestras vidas.

En primer lugar, cuando una persona esta apunto de mentir- y esta mentira no sólo ocurre con palabras, la mentira puede ser una acción. Por ejemplo, si alguien dice, “¿Hiciste tal cosa?” y tu haces un gesto así; con tus acciones estas mintiendo. Una persona puede escribir una carta, puede hacerse pasar por otra persona, o en la computadora puede estar fingiendo ser otra persona, esto es una mentira. Y una persona puede hablar con otras personas y decir mentiras en diferentes formas. - Cuando una persona va a hacer esto, debería recordar la severidad de mentir. Y como mencione que dijo Imam An-Nawawi, que Alá le tenga misericordia, el mentir es una de las características del Munafiq, y es uno de los signos de la hipocresía en el Islam.

En segundo lugar, deberíamos fortalecer nuestra fe para el día final. Deberíamos fortalecernos porque cuando una persona miente, tiene la fe débil- él o ella realmente no creen en el Día del Juicio; porque en ese día, si dijeran la verdad, la verdad los salvaría. Alá, glorificado y alabado sea, dice, “Ese es el Día cuando se beneficiarán de su sinceridad.” Ese es el día, el Día del Juicio, cuando toda la verdad saldrá a la luz y los beneficiará.

Un incidente se llevo acabo durante el califato de Hisham ibn Abedul Malik que tenia que ver con el verso en el Corán que hablaba sobre la acusación en contra de Aisha. Fue un conocido hipócrita quien comenzó esa acusación pero Hisham ibn Abedul Malik tenia la opinión que Ali, que Alá este complacido con él, fue el que comenzó la acusación. Así que traía eruditos a su corte y les preguntaba, “¿Quién fue la persona que comenzó esta acusación?” y esa persona o ese erudito decía, “Abdula ibn Ubaid.” Y el Rey diría, “No, fue Ali.” Y después esa persona o ese erudito se daba por vencido y decía, por complacerlo, que el Califa o el Líder de los Creyentes sabía mejor de lo que estaba preguntando. Eso fue hasta que el Califa trajo a Imam Ad-Dhuhri, que Alá le tenga misericordia, a su corte. Y aquí veremos el poder de los sabios. El Califa le pregunto, “¿Quién fue el que comenzó la acusación?” y él dijo, “Abdula ibn Ubaid.” El Califa dijo, “Has mentido, fue Ali.” El hecho de que acusaran a Imam Ad-Dhuhri de mentir lo enojo bastante y él respondió, “¡Yo mentir! ¡Yo mentir, hombre sin padre!” Y esto que dijo fue similar a la mala palabra que sabemos en el idioma español. Él dijo, “¿Cómo te atreves llamarme mentiroso?” Él dijo, y esto debería estar escrito en negrita para que todos vean cómo eran nuestros eruditos, él dijo, “Si una persona gritara desde los cielos y declarara que mentir es halal (permisible), yo nunca mentiría.” Él dijo que aunque fuera halal, nunca mentiría en su vida. Y ahora, imagínense, él sabe que es haram (prohibido) y sabe la severidad de mentir, y hace la declaración que aunque fuera halal, nunca lo haría. Así que, hermanos y hermanas, deberíamos poner atención a lo que dijo Imam Ad-Dhuhri.

Cuando el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, vio a una mujer llamando a su hijo, diciéndole que tenia algo en su mano y él, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, le preguntó, “¿De verdad tienes algo en tu mano? ¿Le ibas a dar algo?” Ella dijo, “Si, le iba a dar un dátil.” Y el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “Si no le fueras a dar nada, hubiese sido escrito como una mentira de tu parte.” Hubiese sido escrito como mentira. Así que hasta con sus propios hijos, el fingir y el bromear con ellos, esas cosas cuentan como mentiras. Y personas, muchas veces cuentan algún chiste, y dicen, “No estoy mintiendo, sólo estoy bromeando.” No, sí, están mintiendo y nada hace una mentira halal. Si estás bromeando, eso no lo hace halal.

El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “Ay a aquel quien miente para hacer a la gente reír.” Esta persona, de hecho, esta en el medio del hadith y en el medio de la prohibición; el que hace un chiste para hacer a la gente reír. Hermanos y hermanas, tenemos que evitar todo aquello que tenga que ver con mentiras.

Una de las peores mentiras que una persona puede cometer es en contra del Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él; y muchas veces verán hadices débiles o fabricados en contra del Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él. Y como dijo una persona, “No estoy mintiendo en contra del Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, estoy mintiendo por él,” y gloria a Alá, cualquiera que escriba mal y lo atribuya al Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, que sepa que el Profeta no necesita que nosotros terminemos el Din (la fe) por él; él ya lo terminó. El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo, “Quien sea que mienta sobre mí (a propósito, sabiendo que esta mintiendo; falsificando hadith en contra del Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él), que entre al Infierno y escoja su lugar para permanecer en él.” El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, le está diciendo a esa persona, vas a ir al Infierno así que ve escogiendo en que parte quieres estar. Y no hay distinción entre mintiendo por y mintiendo en contra. Cualquier mentira que tenga que ver con el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, es una mentira.

En tercer lugar, deberíamos recordar el bendito fin de aquellos quienes dicen la verdad. Alá, glorificado y alabado sea, ama a esa persona que dice la verdad. Alá, glorificado y alabado sea, escribe esa persona como un Sidiq y dice que ellos estarán en el nivel más alto en Jenna (el Paraíso); con el Profeta y aquellos quienes decían y aceptaban la verdad. Y sus vidas serán llenas de verdad. Y esa persona que dice la verdad, Alá, glorificado y alabado sea, lo va a bendecir en su sustento y lo llevará al Paraíso. El Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo que dos personas que hacen una transacción tienen la opción de concluir o cancelar la transacción mientras no se separen. Y entonces, el Profeta, que la paz y bendiciones de Alá sean sobre él, dijo que si ambos se dicen la verdad y no ocultan defectos en el producto y son claros y sinceros el uno con el otro, su venta será bendecida por Alá.

Así que una persona no debe pensar, “Voy a vender esto y voy a ocultar los defectos.” No, hay que enseñar que hay un problema con el producto y verás que Alá, glorificado y alabado sea, va a bendecir tu venta. Nunca se debería ocultar nada. Por ejemplo, si están vendiendo un carro usado, le dan un toque de pintura nuevo por afuera, tratando de ocultar los defectos del interior. Pero no, el vendedor debe señalar lo bueno y lo malo del carro y por esa sinceridad, Alá, glorificado y alabado sea, bendecirá la transacción.

Debemos de suplicar, porque ciertamente esta sinceridad es de Alá, glorificado y alabado sea, y todo lo bueno es de Alá, glorificado y alabado sea. Así que deberíamos pedirle a Alá, glorificado y alabado sea, que nos bendiga y nos consagre esta bendición y esta misericordia de siempre decir la verdad. Como dice el dua (la súplica) en Sunan ul-Baihaqi, “O Alá, limpia mi corazón de la hipocresía y mis acciones de la arrogancia y purifica mi lengua de las mentiras.”

Y en conclusión, deberíamos estar siempre con aquellos quienes dicen la verdad y poner distancia entre nosotros y aquellos quienes mienten y hablan mal a las espaldas de los demás. Necesitamos sólo distanciarnos de ellos y estar con gente sincera. Estar con personas como Kab ibn Malik, que Alá este complacido con él, y con personas que siguen su ejemplo hasta el último día. Alá, glorificado y alabado sea, le ordenó a él y nos ordenó a nosotros y a todos los creyentes hasta el día final; Alá, glorificado y alabado sea, dijo “O creyentes, todos quienes dicen ser creyentes, teman a Alá y estén con aquellos quienes proclaman la verdad, con los sinceros.”